Hoy terminé de entender, por medio de tres charlas diferentes e independientes entre sí (y una en la cual ni participé) que hay partes de mi ser que se terminaron de marchitar. Y me alegré por el espacio que le abrieron a nuevas partes.

No siento que pueda volver a vivir en la ciudad otra vez. No creo que vaya a volver a consumir regularmente cosas que puedan afectar a mi cuerpo, mente o corazón, excepto en contextos especiales. No creo que quiera compartir mi energía sexual si no está acompañada de una conexión profunda. No pienso seguir lastimándome emocionalmente por mi naturaleza de luna en libra, que me exige la interacción como zona de comfort.

Estoy contento bajo el sol. Y una canción me espera esta noche, susurrándome que la descubra con suavidad..