January 18, 2014

verdades

No soy una persona de muchas palabras, para ser fiel a mi realidad. No soy propenso a decir lo que pienso, lo que siento, lo que quiero. Eso me costó mucho, muchas veces. Y me ayudó mucho, muchas veces más aún.

No tengo necesidad. No paso hambre, no paso frío, estoy cómodo. Pero tampoco extraño, ni necesito naturalmente el contacto de otros; podría refugiarme décadas en mis libros, en mis cosas, en mi mundo interno, en juegos. Y eso he hecho. No extraño, no necesito, no pido (aunque sí ofrezco).

No confío mucho tampoco. Pero intento hacerlo. Y todo lo que siento, ya sea mucho o poco, lo siento a través de la cabeza. Confiar, amar, querer estar, buscar la proximidad, son todas elecciones conscientes en mí.

No sé encontrar las siete palabras en el momento correcto, nunca. Soy demasiado... de mostrar, de sentir, y no de decir. Pero en general, eso no es suficiente para que los demás vean, entiendan... Y mi inteligencia (que no dudo es muy superior a la media para algunas cosas, y deja muchísimo que desear en muchas otras) no me permite entender... Siento que tengo demasiada empatía, eso lo sé, y lo sufro, pero no veo la respuesta cuando está enfrente de mi cara. Como en la punta de la lengua, justo fuera del alcance de mi visión. Quisiera poder mostrar de una forma unívoca que lo que siento es real, y me es más que suficiente, y que es lo más preciado que tengo.... quisiera--

--pero no logro hacerlo. Y esas son mis verdades.