Resulta que estaba viendo una serie en la oficina, y ante una estupidez (que debo decir, fue particularmente graciosa) me agarró un ataque de risa. Pero no una risa común. Fue más bien esa risa que es más fuerte y duradera por no poder soltarla al mundo (?). Una risa histérica que duró unos cinco minutos hasta que pude calmarme. Entiendo que esto ocurrió porque tenía demasiada, demasiada tensión, y el cuerpo (o la mente) encontró la forma de sacarla de adentro.
Me hizo pensar en otras risas histéricas, de otros días de tensión. Me hizo pensar que lo que creo que es firme y férreo control sobre todo mi ser, no es más que una estúpida ilusión que me vendo a mí mismo, y que me creo para ocultar la verdad.
Qué lindo que es dejarse llevar un rato por la histeria, descontrolada, salvaje, incomprensible y extremadamente sana.
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