June 11, 2024

alta paja

Estoy en casa. Es martes a la noche. No hice medio nada en todo el día*, y estoy sentado escuchando uno de mis sets favoritos (Solomun en el Boiler Room). Fui a comprar para cocinarme algo pero al llegar, con lavar el bardo que había, se me acabó la pila para entrar en esa. Me tomé una birrita de las que hice yo mismo (ponele) y fumé una de las mil tucas que quedaron por la casa. Estuve chateando un poco, pelotudeando, viviendo. Bah, existiendo. O es viviendo, en verdad? Porque estuve y estoy disfrutando de este rato, y eso no es algo menor. Constantemente me olvido de eso, de lo más importante de la vida, su único objetivo: disfrutarla. El tiempo pasa a dos por hora mientras la luz tenue, ahora estridente, me lleva a escribir sin pensar todo lo que voy atravesando...

...Estoy de mal humor. Enojado, frustrado. No es por el desempleo, aunque eso contribuye. No es por esa sensación constante de estar en un punto medio entre un viaje de egresados y ser protagonista de "Verano del '98". Aunque quizás eso contribuya. No es tampoco por no coger; la falta de sexo y la frustración sexual son cosas de lo que me pude desligar hace mucho. Lo mío es otra cosa. Pero tampoco contribuye menos que lo anterior. No es el enojo que empuja desde abajo, queriendo salir sin pensar, sin tener nada en cuenta. Busco calmarlo y sacarlo de a poco, como veneno para ser transformado en algo (en qué? No lo sé, pero es frustrante e inútik). Es la idealización de mis propias fantasías inconscientes? Porque, definitivamente, estoy conscientemente donde quiero estar, siendo yo mismo y feliz con ello. Esa falsa profesía que me auto-invento, auto-cuento y auto-creo, en un riquísimo 3x1, me lleva a seguir esperando cosas. Esperando todo tipo de cosas. Desde que tengo memoria que me voy auto-profetizando cosas. Victorias y fracasos, movimientos y besos, dolores y trabajos, amistades y experiencias... Y me embola que en casi todos los casos, la haya pegado. Me embola porque no puedo vivir en el presente y a la vez, soltar esos delirios.

Delirio. Pero cómo explicar que sé de antemano cuando voy a recibir un mensaje en el teléfono. Sé de antemano cuando alguien va a interesarse en mí, y puedo ver cómo va a evolucionar eso. Supe siempre cuándo algo iba a terminar. El paso del tiempo distorsionado es lo más liberador que descubrí en la vida, y solo se obtiene bajo el efecto de las drogas o al dormir. Pero ojo, también al mirar al ser amado. Todo en el campo de Neptuno, a pesar de que Saturno podría pretender tomar esas potestades para sí. El tiempo es algo que me puede, porque no dejo de notar su fluir, y a la vez, no puedo evitar malgastarlo.

Me frustran los lazos irrompibles que me atan a tanta gente. Estoy siempre sentado con fantasmas. Caminando con fantasmas, soñándolos, contándoles cosas. No puedo evitarlo. Me viene de todos lados por igual y aunque sé que podría trascenderlo, sé que no vine a hacer eso. Vine a vivirlo, a serlo. A hundirme en el pozo más hondo de mi propio mundo, mi visión subjetiva, distorsionada, enrosificada, del pasado y de todos los tiempos que no son.

Me frustra la peli que no arrancó. O mejor dicho, que fue pero que no tuvo el desarrollo que quise. No digo "desenlace", porque eso implica un final. Eso no existe. No mientras esté acá. Me frustra que el destino, mi inconsciente, o lo que mierda fuera, me obligara a caminar estos caminos. Por qué necesito sentir tanto? Tanto dolor, tanto todo. Por qué no puedo simplemente encontrar la respuesta? Cada vez, fue para siempre, y ya no miento hace tiempo. Soy lo que vine a ser. Y una y otra vez, me llega el mensaje de que mi "ser" acá no incluye la felicidad personal. Pero la quiero. No soy un buda, soy un mortal, y uno bastante choto...

Me duele la quemadura en el dedo. Sincronística, como todo en la vida. Recuerdo haber escrito estas frases mil y un veces en la mente, en todo tipo de momentos que son el mismo momento. Escuchando The Cure en el set de Solomun, me quiero morir. Porque mi sentir me absorbe, me destruye, me inunda, me ahoga, me lleva... No lo puedo evitar. No puedo evitar sentir porque esas compuertas se abrieron y ya no se pueden cerrar. Cómo me duelen la distancia, las murallas y el "todo bien". El mensaje que desestima que estoy ahí (casi) incondicionalmente. (Dale, quién puede decir que sea incondicional de verdad, entera y absolutamente? Nadie...)

Estoy haciendo de todo. No es visible, obvio. No tiene impacto en el mundo material que nos rodea. Estoy haciendo todo lo posible para sobrevivir. Para sobreponerme. Construir con agua en un mar. Para tener un pie en un lugar donde sienta un sostén. Pero a ciegas, flotando a la deriva, las chances son bajas. Todo el tiempo me pierdo en un laberinto. Todo el tiempo pierdo la noción de tiempo y espacio y me olvido que estoy ahí, perdido. Podría estar sentado flasheando en la secundaria, o haciéndome la cabeza por cosas de Fotolog en una compu en la facu, o en mi compu en mi casa, ya sea familiar, propia, alquilada. Estos momentos son todos el mismo. Si suelto un poquito, puedo saltar a los venideros. Son demasiados, porque todavía desde acá no se cuál será, entonces se me abre un fractal de opciones hasta que la luz lo tapa todo. Pero volviendo... estoy haciendo un montón por recuperar mi cordura, mi equilibrio (que sé que es siempre dinámico, siempre cambiante). Cada paso en falso acá me lleva más al fondo del laberinto, del sótano de mi castillo. Quiero y no quiero, a la vez. Es lo que valoro y me gusta, pero me da miedo y estoy cansado. Quiero una mano que me aferre desde la oscuridad, y me hunda del todo hasta sacarme a la luz. Por qué tengo que desear, por qué tengo que intentar, por qué tengo que esperar (en todo sentido de la palabra)?

Estoy cansado ahora. Me siento solo. Y es porque UN día no haya nadie acá? Qué onda, se termina la jodita eterna y te deprimís? No. Es que estando como estoy, tengo más que razón y justificación para sentirme como me siento. Es todo muy difícil hoy. Pero aunque no parezca, avancé. Escribí una carilla de lo de una consultora, y unos bullets de la otra. Escribí las oraciones para la parte de atrás de la caja. Lavé los platos. Me lavé los dientes, y como tres veces. Hice ejercicio. Tomé agua. No morí. Qué sé yo, no quiero pensar más nada y no quiero esperar nada de nadie, ni de mi. Y eso es lo que estoy aprendiendo, y lo que me libera. Cada día, soy más y más ese Esteban del recuerdo remoto, idealizado. Ese chabón en el que sabía que me iba a convertir, que ahora mira hacia todos esos "atrases" y se conecta. Al lograr no esperar nada de mi mismo, más puedo disfrutar esta experiencia. Más libre soy.

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