April 06, 2024

incendio

Extraño Buenos Aires. Pero extraño una Buenos Aires del recuerdo, que ya no existe excepto en mi memoria. Escuchando Aqualactica estos días, leyendo "La Saga de los Confines", viendo series, conectando con mi mundo interior, soñando con caminar de nuevo por el Planetario y el Jardín Japonés, me lleva a una época donde todo era y se sentía muy diferente. Ahora soy más consciente, tengo más y mejores herramientas, pero no tengo esa libertad potencial de no haber hecho o cumplido algunas metas y sueños, que se me hacían lejanos.

Extraño esa sensación de que todo iba a estar bien, siempre. Aunque en el momento no lo sentía así. Y es exactamente la misma sensación que tengo ahora, es mi postura ante la vida. Pero antes, lo bueno estaba solo adelante. Ahora hay cosas buenas atrás y, aunque lo que vendrá va a estar bien, nada va a traer de regreso las cosas que se terminaron, que se fueron, que murieron, que se difundieron. Extraño jugar al rol seguido, y escabiar como una bestia, viajar por la ciudad y ser a veces centro, a veces periferia, pero siempre parte. Extraño la liviandad del recuerdo, que es ficticia. Extraño la lente color rosa con la que se altera lo que experimenté, borrando un poco lo malo, resaltando un poco lo bueno. Soy consciente de ese efecto, y lo estoy "disfrutando" o manifestando ahora.

Porque escribirlo ayuda a canalizarlo. Puedo ser el Viajero de Sueños una vez más, eso está volviendo de a poco. Vidas enteras vividas gracias a la práctica diaria. Universos enteros creados, destruídos, cambiados, quizás de verdad, quizás de mentira. Soñar en otras lenguas, otros lugares. Eso es el recuerdo de Aqualactica, porque coincide con la época de máximo tiempo pasado del Otro Lado.

Extraño el Otro Lado, pero solo por lo que significa para el desarrollo de lo que está latente. Por las vidas pasadas, los días ganados y perdidos. Estoy en un trance, siempre. Lo que sea que me está influenciando, no puede dominar, porque yo no puedo ser dominado. Nadie puede.

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