un camino

El camino que elijo, me pone todo el tiempo en lugares imposibles. Sabiendo que lo que voy a decir va a tener un efecto permanente indeseable, igual debo ser fiel a mi corazón, honesto a mis emociones, recto con mis palabras y valiente en mis acciones. La compasión me inunda porque si no lo hiciera, entonces lo harían las lágrimas. No puedo. No puedo encontrar el camino que me lleve de regreso a la luz del sol. Todo lo que vivo, es en sombras. Veo el día entre las copas, entre las nieblas, bajo los árboles, altos e imperturbables. Pero yo, un simple mortal, estoy quieto bajo la sombra de un día que nunca terminará. El camino no existe, y es lo único que debo seguir. Pero no me sale... todavía.

El camino se me revela y no puedo desviarme. Deseo con todas mis fuerzas (y ese es mi error, desear, ponerle fuerzas) la paz y felicidad de quienes me rodean, y mía. Y tratando de actuar en pos de ese deseo, destruyo lo que podría ser. Qué sé yo. Me resigno luego, y simplemente soy, y ahí sale algo que hace que todo sea mejor... Quisiera estar en ese estadío, lugar, estado mental-emocional.. que me permitiera simplemente ser. Decir. Hacer. No quiero pensar más. Pero no me sale... todavía....