April 24, 2023

sindecir

Todo el tiempo, hay tantas cosas que quedan sin decir. Cada conversación, cada interacción, cada final… cada nuevo comienzo se queda sin escuchar algunas palabras, la esencia de todo corazón. Del mío, sin lugar a dudas: nunca supe hablar. Tengo tan arraigada la creencia de que no me puedo comunicar efectivamente, que al escribirlo me duele la garganta y se me estruja el alma. Todavía recuerdo las palabras que no le dije a tantas personas. Son tantas, tantas las palabras que acarreo sin decir entre los recovecos de mi mochila que me sigue por todo el mundo, que ni una vida más viajando me va a posibilitar escapar del todo. Son tantas las conversaciones imaginadas, deseadas… de que hubieran sido distintas, mejores, completas, que reflejaran lo que había, hay, habrá en mi corazón. Porque el tiempo no existe. Incluso antes de que ocurrieran, ya me lamentaba haber fallado. Y por eso fallaba. Por eso fallo, por eso sigo fallando. Por eso me queda siempre algo sin decir.


Es la causa de este rencor tan infinito hacia mí mismo. Este enojo nace de la carga de palabras que llevo a cuestas. Me lastiman los tobillos, las rodillas, los hombros… me quiebran todo por dentro. Cuchillos de hoja rosada a veces, verde también, en el centro de mis medios. Las palabras sin decir. Como gotas de amor que no siguieron su curso. En lugar de unirse al cauce del río, de causar el florecimiento de lo nuevo, de lo alegre, lo vibrante.. sin decir, son humedad atrapada, agua cautiva que erosiona mi interior, que arruina mi liviandad, que marchita mi sonrisa… Las palabras sin decir son mi karma de otras vidas. Son el precio de saber lo que va a pasar a cada instante. Son el costo de estos ojos proféticos, climáticos. Son la contracara de la tiara de cenizas. No hay libertad cuando me queda algo sin decir. El número de los misterios, la casa de Venus y Plutón, toda esta intensidad secreta, oculta, sutil, suave, que se echa a perder constantemente.


Algún día voy a lograr desterrar esta sombra, esta oscuridad. Sé que otra nueva la va a seguir. Y luego otra más. Cada una mayor que la anterior. Dioses, denme fuerza. Palabras que quedan atrapadas, cada vez. Que debo guardar y cargar... sin decir. Así cada día y cada instante. Así hasta que sea el fin. Siempre va a haber nuevas pruebas. Siempre va a llegar una nueva ola. Siempre va a haber nuevas conversaciones, nuevos principios, nuevos fines… Siempre va a quedar algo sin decir.

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