Hay momentos donde puedo superar mis limitaciones auto-impuestas y avanzar igual. Casi siempre, hay un dementor que luego me roba de esa satisfacción; creí que había estado bien, pero no fue así. Creí que se había notado mi amor, mi comodidad, el buen rato que pasé, pero no fue así. Solo dando más y más y más, perdiéndome y dejando de existir, es que los demás me aprecian. O mejor dicho, la gran mayoría de los demás. Están inmersos en sus tormentas interiores, durmiendo sin saberlo, ciegos. Qué puedo hacer yo, un raquítico sauce, para cobijarlos, darle algo de sombra y contención?
Nadie me busca, nadie me espera. Nadie me ama y nadie por mí se desvela. Los mensajes que recibo, son una quinta parte que los que mando, y me cuestan el doble y me devuelven la mitad. Cada mañana, mi barrita de energía se llena y hago lo mejor que puedo, y cada noche me acuesto, solo y vacío, desganado y vencido. Sé que escribo esto surfeando una ola de emociones mezcladas, la gran mayoría ajenas. Pero soy un catalizador; absorbo esas tormentas y las hago mías, y el mundo es un lugar un poquito mejor. No quiero querer que nadie me busque, ni que me espere. No necesito necesitar que me amen o lo que sea. Solo yo mismo me voy a poder amar y a dar lo que necesito para estar 100% bien.
Y ese es el centro de mi tormenta interior. Me conozco bien, me acepto. Pero no me amo. Y al no amarme, me estoy aferrando y siento apego por lo externo. Al no poder amarme de forma libre y compasiva, no puedo elevarme hasta el cielo y fusionarme con el universo. Y hay otro cable a tierra más. Duerme a mi lado exhausto, un ser de luz que me da tanto que ni se puede imaginar. Nunca jamás querría ni podría soltar ese apego. Me priva eso de alcanzar la iluminación de la que tanto leí? Si ese es el requisito, no la quiero. Estoy satisfecho con los pequeños avances que hago, y no sé a dónde voy ni por qué, pero no me interesa si debo soltar a Ari. Sí quiero aprender a amarme a mi mismo…
Encontré fuego. Estuvo siempre en mi. Obvio. Ahora, ese fuego es un encendedor protegido por una mano torpe en el viento de la noche. No soy parte de este mundo en muchos sentidos, estoy más allá. Pero el fuego ese es la energía que necesito. Mi voluntad, terminar mis proyectos. Ascender.
Mis energías son tímidas y sensibles. Entreno mi corazón y mi alma en el lugar más apropiado. En el acá y el ahora de cada momento que se extiende infinito a mi alrededor. Algún día me voy a creer el avance que hice. Cuando me ame.
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