DESATADO

Conecto con el nexo.

Con el chakra del medio.

La bisagra entre todo tipo de mitades.

Cielo y tierra, agua y fuego.

Antes no lo pude ver del todo,

sólo un filamento verde en un mar de rosa.

Y sin embargo, eso era todo…

 

 

Conecto con el latido,

lo que alimenta a la máquina.

No es más arriba donde nacen mis decisiones, ya que toda acción es co-creada por la emoción.

Y no es más abajo donde nacen mis deseos, ya que sólo en las ataduras es donde se ubica el éxtasis.

 

Conecto con la parte exterior.

Siento un viento.. verde, libre, Cambiante.

Un complejo sistema climático,

desbordante y fuera de control.

No lo puedo controlar.

No lo quiero controlar.

Nada es control, es infinito equilibrio, en un fractal, en constante pugna, en eterno cambio, en insufrible entendimiento...

Y empatía... 

Conecto con el centro, el núcleo.

Cuando logro traspasar las barreras,

resolver mis nudos y desatarme.

Me encuentro en un océano rosa.

Su profundidad y densidad, imposibles de definir.

Veía un mar, pero estaba equivocado.

Era tan grande que tenía su propia gravedad.

Un Saturno, inmenso y extenso.

Un planeta en sí mismo, oculto bajo el verde.

Un mundo de energía rebalsante, empapada, llorosa, transpirada.

Un lugar del que no puedo escapar.

Conecto con esa dualidad, la abrazo.

Y su latido es el pulso de una explosión,

esperando a desencadenarse.

Mil volcanes, una estrella al revés.

Una vorágine rosa que inunda, moja, llora, transpira… pero sólo para quienes realmente deseen conectar con ella.

Conmigo…

Conecto con mi corazón. Me pesa,

por tener lazos incontables.

Con cosas, con lugares, con momentos, con personas.

Vientos verdes en un vaivén indescriptible.

Y por debajo, ráfagas rosas, a la espera…

Cambiante. Parado en un montículo de energías infinitas.

De Venus en Escorpio.

De un Neptuno de agua, un Sol azul.

Cambiante. Haciendo apenas equilibrio sobre un planeta de deseo y destrucción.

Los demás nunca lo iban a entender.

Cambiante. Era lo necesario…

Conecto con mi deseo.

Y dibujo en mi mente lo que va a pasar, lo que va a venir.

Lo que voy a sentir y lo que voy a dar.

Lo que voy a dejar en otros.

Un amasijo de fuerzas rosas y verdes, dadas libremente, recibidas con emoción.

Un mapa de todo lo que es y que va a ser.

Se borra casi al instante para reaparecer…