Capri-sol

Neptuno y Plutón se acercan a la cuadratura con mis Neptuno y Plutón natales, mientras que Urano está ya en en quincuncio con su posición natal. Los 37 son un año de esos que "importan" astrológicamente (arquetípicamente), al parecer, aunque todavía no sé el significado que estos tránsitos puedan tener.

la manija

me agarra un nosequé

que no puedo (quiero) explicar(me)

pero que deseo transitar

deseo, tránsito, poder

mis avenidas están abiertas

esta lluvia es de limpieza

y las nubes, de potencial

no hay sombra en la gran ciudad

no hay pesar en mis caminatas

ni culpa en mis palabras

conectar con la libertad

no hay máscaras, solo piel desnuda

y el agua no se termina de ir

se aferra, prometedora..

quiero transitar este día de sol

sabiendo que como todo

va a terminar, es lo natural

pero hoy, siento su calor

y cierro mis ojos a su luz

disfrutando con intensidad..

escalera

una escalera de sueños

donde veo más de lo que puedo

demasiados encuentros

demasiados mensajes

pero asciendo, a mi ritmo

lento, me caigo, subo

corro, me siento, me bajo

y nunca se termina..

lejos, el sol

oculto, en silencio

mirada de luna nueva

en un cielo de Júpiter

la expansión que me cuesta

como así, el fuego interior

busco la respuesta

pero ya la tengo

y es siempre la misma

aunque con otros ecos..

no llega a ser un susurro

del viento suave y sutil

que debo confiar y saltar

hacia lo más alto...

la herida

La noche sube suave por alrededor, con un contraste de frío y de calor, perfecto y sutil. Oculta entre las nubes de lluvia, la luna se achica hacia su destino cíclico, de morir y de volver a renacer. Y yo me aferro con discreción a la herida que no crece, pero que no se va tampoco, en mi interior. Este sueño se difumina y da lugar a otro. En un mar de fusión, soy una isla de piedra. Y luego en un mundo de gente durmiente, abro los ojos, despierto, me elevo...

En cada melodía que es liberada, un recuerdo. Y en cada movimiento con sonrisas, un momento. En cada trago y prueba, en cada muestra gratis, veo infinidad de caminos, como un fractal, la afamada estrella que revienta al revés. No sé qué pensar, y eso es bueno. Porque sí sé qué sentir. Y tengo ojos en las manos, que me revelan todo lo que está detrás, a simple vista. Cuando me resisto, es cuando me confundo y me hiero, me quemo, me congelo...